PACTO ETICO Y CIRCO
Miguel Ángel Sandoval
La firma de un pacto ético de no agresión durante la campaña electoral parece que ha dado motivos para una dosis de euforia en algunos dirigentes partidarios, y por supuesto en el TSE, que de un día para otro siente que tocó a Dios con las manos sucias, y hay también algunos funcionarios de gobierno que se encuentran de placemes. En verdad, como se dice, no hay nada que amerite quemar cohetes de vara. Menos para confundir la ética con el circo.
No hay ética sin principios, o si se prefiere, en política no puede haber ética sin ideología. Y esto no es nada maximalista, sino se trata de una constatación vieja como la idea deque la política en Guatemala es sucia, corrupta y sobre todo, sin principios. El tema de fondo es que de manera extendida cualquier aprendiz de político dice con la mano en la cintura que “el fin justifica los medios” cuando hacen citas sin ton ni son de lo que decía Maquiavelo hace varios siglos y por supuesto en otro contexto.
El tema es que durante años hemos visto un sistema de partidos realmente primitivo, que no hace proselitismo porque no tiene que decirle a la gente en la medida que la mayoría de partidos carecen de principios ideológicos y políticos; mas grave aún, no tienen programa, ni histórico ni electoral. Por ello la recurrencia a la propaganda atosigante, sin medida, sin respeto, sin nada. Es la venta de candidatos como jabones pero sin ideas.
Esto no lo digo al tanteo. Hace muchos años que he escrito y dicho en conferencias, que la mayoría de partidos carecen de ideología y que comparando lo que dicen unos y otros resulta que lo que dicen es perfectamente intercambiable. Por ello no me despierta la menor simpatía el llamado pacto de ética firmado por la mayoría de partidos políticos de este país. Y no se puede creer cuando en el congreso de la republica de manera cotidiana lo que se observa es la ausencia de ética. Sea en las agresiones verbales entre unos y otros, o de plano con las agresiones físicas como ya hemos observado.
Habría que recordar que la mayoría de partidos firmantes, son quienes hicieron no hace mucho tiempo una agenda nacional, que una vez firmada fue puntualmente engavetada por los ahora afirmantes. Adicionalmente, hace un proceso electoral, con sus días y sus noches, la OEA promovió algo parecido, que ya nadie recuerda. Por ello que me parece que este pacto tiene las piernas cortas. Pues la ética es un producto raro en las filas de la clase política (con su excepciones claro está) que debería ser parte de una refundación del sistema en su conjunto. Veremos.
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