martes, 1 de marzo de 2011

ASESINATOS EN RIO DULCE.

ASESINATOS EN RIO DULCE.

Miguel Ángel Sandoval

Como guatemalteco me duele tener que escribir sobre una nueva ola de asesinatos contra jóvenes y defensores de derechos humanos. Se esta matando, de nuevo, a la inteligencia, y a quienes demandan un nuevo país y luchan por él. Es como si hubiera una conspiración para mantener a nuestro país en medio de la zozobra y el miedo. Pero lo mas grave, es que estos asesinatos constituyen un regreso al pasado.

Primero fue Lisandro Guarchaj, artista de Sololá, cuyo cuerpo apareció tirado en cualquier parte. Más adelante se trató del Mono, artista de la Caja Lúdica, un colectivo de artistas jóvenes, que fue baleado a pocos pasos del palacio nacional. Después fue Ramiro Chon, promotor de salud en Sayaxché, Petén.

Ahora son tres estudiantes de la USAC en el departamento de Izabal, en la zona del Río Dulce, que el sábado 12 de febrero fueron asesinados y sus cuerpos aparecieron flotando en el río más bello de nuestro país

Sebastián Xuc, Alberto Coc y Catalina Mucú, de acuerdo con las informaciones que llegan vía activistas humanitarios y defensores de los derechos indígenas, particularmente Kekchis, nos dicen que los asesinos son finqueros de la zona, que la gente ya tiene identificados pero que las autoridades no se animan a proceder, o en el peor de los casos, los encubren en una peligrosa y no menos criminal complicidad. Lo que dice la denuncia que circula en estos días no puede ser mas claro:

“Estas personas encabezadas por Gilberto Reyes Villatoro y su hijo, Alberto Villatoro han invadido nuestras tierras y se han dedicado a realizar actos delincuenciales en sociedad con Gabino Galicia de León, Julián Pop Choc y Gerardo Leiva, ellos se han dado a la tarea de amenazar directamente a miembros de nuestra comunidad ya que ellos se han venido apropiando de las tierras que hemos habitado, trabajado y cuidado desde hace más de 80 años así como la tierra de otras comunidades.”

El papel de ciertos finqueros de la zona solo nos recuerda la matanza de Panzós hace ya algunos años, que desde donde se requiera analizar, fue el preludio de las masacres que asolaron durante años a regiones enteras de nuestro país. Por ello es justa la demanda de justicia, que debe ser categórica, y sin dejar un solo hilo suelto. El país no aguanta con más impunidad. Es lo que se dijo en un foro público el lunes anterior, con presencia del cuerpo diplomático acreditado en Guatemala y como anfitrión al Embajador de México; dijeron estas verdades, el Comisionado de la Cicig, el presidente de la corte suprema de justicia, la fiscal general, y un experto argentino. !Exigimos justicia¡

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