LA FALTA DE UNA POLITICA AGRARIA
Miguel Ángel Sandoval
Este martes hubo de nuevo, tapadas de carretera por parte del movimiento campesino, que en esta ocasión fue encabezada por CODECA. Varios puntos del país, que subrayan la amplitud del descontento y lo urgente de encontrar soluciones. Lo que quiero resaltar en esta ocasión es que el tema campesino no avanza debido a que no hay una política de desarrollo rural clara, que establezca los pasos que es necesario dar en casos de demandas de campesinas.
Hay un proyecto de ley en el congreso pero este no avanza. A pesar de que fue consensuado por todas las organizaciones campesinas y el mismo gobierno. Además se conoce de la urgencia de avanzar en la aprobación de la ley, pero parece que solo camina a golpe de movimiento de carretera que las trancan. La sordera es mucha y no creo exagerar con ello. Un listado de acciones en los últimos tiempos creo que pueden servir de ilustración para explicar la lentitud.
Con Raúl Robles, ministro del MAGA de este gobierno se intento alguna solución pero los resultados no se ven. Se dijo en ese entonces que se daría atención a unos 10,000 campesinos con subsidio y fertilizantes, pero no se concretaron estas ofertas. Incluso participó el ministro de finanzas pero nada.
Luego fue el turno de Julio Recinos, otro ministro, y de lo que acordó con los campesinos, solo se ejecutaron 5 millones para apoyo a la producción campesina, o lo que es lo mismo, una gota en el mar. Ya para entonces estaba en pie un llamado sistema nacional de dialogo permanente,-SNDP- que hasta el momento que escribo estas notas se caracteriza por inoperante y si se ven las cosas con detenimiento, sin resultados. Los operadores de este sistema infuncional, son Catalina Soberanis y Arnoldo Noriega.
Las razones de esto, pueden haber más, es que los principales operadores del sistema de dialogo para atender estos temas del campo son ajenos a las demandas campesinas. No entienden las urgencias del campo y a todo le dan largas, y como vemos, son ya más de dos años en las mismas. Su especialidad es comprar tiempo como se dice en términos de negociación política. Pero comprar tiempo o diferir las soluciones, es parte de una política que no busca acuerdos, pero cuando son organizaciones campesinas con las que hay necesidad de acuerdos, esta opción, es sencillamente inviable.
Finalmente, creo que es tiempo de pasar a trabajar el tema agrario de forma urgente, y ello pasa por aprobar en primer lugar la ley de desarrollo rural, para más adelante estudiar con seriedad las soluciones de más largo plazo. Hacer caso a las presiones de los señores de la tierra solo equivale a crear nuevos y mayores escenarios de conflicto.