DOLOR PETROLERO NACIONAL

DOLOR PETROLERO NACIONAL

Miguel Ángel Sandoval

La minería se ha convertido en un poderoso aglutinador de las diversas expresiones sociales, y ello en un momento que parecía no había nada que conjuntara o convocara voluntades en pro de plataformas comunes. En efecto, es ahora con la desafortunada aprobación del contrato que extiende la presencia de Perenco en el Petén, por 15 años, según parece, que las diversas expresiones de la sociedad guatemalteca dicen al unísono, BASTA ¡

Hay en esto responsabilidad de los diputados, del ministro de ambiente y recursos naturales, de medio mundo, pues.

Pero junto a ello hay un elemento que no puede pasar desapercibido. Es un quiebre en la relación de las organizaciones sociales y el gobierno. Cierto que estaban mal, cierto que había desconfianza de muchas organizaciones, pero no es menos cierto que el gobierno ha construido un escenario maligno, para beneficio de las petroleras.

Y ello con el apoyo de funcionarios sin compromiso con el país, pero sobre todo, ignorantes.

Hace apenas unos días que leímos en prensa nacional que en Ecuador Rafael Correa, presidente de ese hermano país, opto por revisar, como acto totalmente soberano, las condiciones en que están los contratos petroleros en ese país, que de plano tiene más recursos petroleros que nosotros.

Ahora, de un día para otro, todas las universidades, las iglesias, los grupos ambientalistas, campesinos, obreros, intelectuales, amas de casa, dicen que el gobierno la regó. Que no hizo nada en beneficio del país, que no tomo en cuenta las demandas de medio mundo que se ubican contras ese despropósito de prorrogar el contrato para la Perenco, de origen francés.

En esto están sumidas en el más profundo silencio, los caballeros de blanco y las damas de blanco. No es su negocio, o en todo caso, no es nada que los despeine.

Hay sin duda un escándalo en proceso. No tiene la menor legitimidad la prorroga de dicho contrato, no tiene sustento jurídico, es ilegal. Pero sobre todo, es antinacional, es un golpe bajo a la política de protección del medio ambiente. Es una pena.