HAITI. LA TRIPLE CADENA Y EL IFAC.
Miguel Ángel Sandoval
Sin temor a dudas se puede pensar en las múltiples dependencias de Haití como país subdesarrollado del pasado y con presente colonial. Ello no es nada alejado de la verdad. Son las secuelas del pasado que se expresan en hambre, atraso, falta de desarrollo en las vías de comunicación, poco desarrollo de su infraestructura, industria, y todo lo que sabemos por la observación desde países vecinos.
Pero el tema es mucho mas grave. Hay sin hacer mucho alarde de imaginación, una especie de triple dependencia, que por lo demás tiene un nombre por el que se conoce de acuerdo con intelectuales haitianos que tienen un conocimiento de su país que va más allá de los despachos de prensa en este momento de crisis. En palabras de Jean Avalase "hemos conocido tres imperialismos, lo que algunos llaman el IFAC: Imperialismo Francés Americano y Canadiense.” www.selvas.org
Esta triple alianza, factica por lo demás, con intereses diversos y a veces contrapuestos, sin que se haya discutido de manera previa, sin consulta a los haitianos, forma parte de la realidad del país, particularmente ahora que se habla de la reconstrucción, de los flujos de ayuda, y del destino político que deberá construirse en el año en curso.
Es la presencia de Canadá, Francia y los EEUU. Cada uno de estos países metropolitanos, tiene relaciones particulares con el país del caribe. Francia, por ser el país del cual se independizo Haití en la primera independencia en las tierras de la América latina. Canadá por la francofonía presente desde hace varios años y los EEUU, invasor una o varias veces del pequeño estado caribeño. Por ello las gestiones para el envío de ayuda o la ocupación del territorio haitiano no dejan de levantar suspicacias de parte de analistas que siguen de cerca el drama de Haití.
Las razones de ello no son muy lejanas. Apenas hace unos años fue defenestrado el presidente constitucional de Haití, Jean Bertrand Aristide y expulsado hacia Sudáfrica. El motivo aparente fue un intento de aumentar el salario mínimo en ese país del caribe. Hoy todo parece más creíble después de la experiencia de Honduras, donde uno de los motivos para defenestrar en pijama al presidente Zelaya, fue precisamente un aumento salarial.
Pero hay más. En el medio de la crisis aparecen tres aspectos que harían de Haití una especie de presa codiciada por los EEUU. En primer término está abundancia de mano de obra barata y en la cercanía de los EEUU esto es a unos 150 kilómetros del territorio de la Florida, donde se encuentran una serie de industrias de maquila.
Otro de los factores es el de naturaleza estratégica, pues ante la idea no abandonada de Barack Obama en cuento a entregar Guantánamo de regreso a Cuba, Haití es de gran valor estratégico. Y un tercero es la existencia de grandes reservas de petróleo en el territorio de ese pequeño país.
No son casuales las advertencias al gobierno de Haití, encabezado por Rene Preval, para que este país no se aproximara a los países del ALBA. Como se puede observar sin hacer un análisis de fondo, en la carrera para la “reconstrucción de Haití” hay razones de orden económico, geopolítico, militar, de recursos naturales, es decir, elementos estratégicos que alejan la idea de que en el proceso de reconstrucción, hay buenos samaritanos.
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