ESPADA: ¿QUIEN LES PAGA LOS BUSES?
Miguel Ángel Sandoval
Como se dice en coloquial chapín, el doctor Espada, vicepresidente del país, perdió una excelente oportunidad de quedarse callado, pues al preguntar sobre quién paga los buses de los miles de campesinos que llegaron a la ciudad de Guatemala, este lunes a manifestar su descontento, sólo demostró que su agenda esta lejos de la problemática campesina, lejos del drama nacional. Como también decimos, enseñó el cobre.
Hace unos días, el presidente Manuel Zelaya, al ser interrogado por la prensa nacional sobre quién le pagaba los gastos en su periplo por toda la región, éste respondió que un día lo invitaba a comer Colóm, un día antes, Ortega y así sucesivamente, y demandó que se le preguntaran cosas sustantivas, de fondo, que merecieran respuestas de altura, pero parece que Espada no leyó ni escuchó las respuestas de Zelaya. A otra cosa mariposa.
El punto es que este lunes, la dirigencia campesina se entrevistó con la Secretaria de la Paz y con diputados en el congreso, para buscar respuesta a sus demandas, y como única manera de dejar con las preguntas tipo Espada a una comisión gubernamental, que es conocida en medios de Gobierno como la de los tres chiflados, pues después de varios meses de estar haciendo perder tiempo a los campesinos, no llegan a soluciones. A ver si ahora.
Adicionalmente, los campesinos y sus aliados, llevan meses discutiendo una política de desarrollo rural que ya fue aprobada con un largo consenso pero depuse, ni para atrás ni para adelante. Todo porque no se presenta la iniciativa de ley que tenga como base la política de desarrollo rural aprobado por más de 30 organizaciones campesinas, de desarrollo, cooperativas, académicas, y algo más, con el ejecutivo, pero la misma no aterriza. En el Congreso no saben cuando puede llegar este proyecto de ley, ni quien lo pueda impulsar. Es el reino del revés.
Este lunes varios miles de campesinos y campesinas irrumpieron en la ciudad y se hicieron sentir en muchos lugares del país, todo porque no se hacen las cosas como gente seria. Y claro, como todo mundo se puede imaginar sin mucha dificultar, es difícil pedir seriedad a los tres chiflados.
La verdad de las cosas, es que las organizaciones campesinas lo que están demandando es apoyo para lo que denominan arrendamiento solidario, cupones de fertilizantes que vayan mas allá de una muestra que no resuelve la demanda acumulada de fertilizante; solución a conflictos agrarios viejos y atención a la deuda de los pequeños campesinos que existe desde la crisis cafetalera. Y esto debería de haberse resuelto sin necesidad de negociar ahora con la presión de gente en las calles y carreteras, en el ejercicio legítimo de sus derechos constitucionales.
Por ultimo habría que subrayar que para las demandas básicas de las organizaciones campesinas si hay recursos, y que si estos no se ejecutan, pues ya conocemos los resultados: más ingobernabilidad y eventualmente represión, pues nunca faltan los trasnochados que lo exijan. Todo por la sordera que se apodera de algunos funcionarios… que poca madre.
Miguel Ángel Sandoval
Como se dice en coloquial chapín, el doctor Espada, vicepresidente del país, perdió una excelente oportunidad de quedarse callado, pues al preguntar sobre quién paga los buses de los miles de campesinos que llegaron a la ciudad de Guatemala, este lunes a manifestar su descontento, sólo demostró que su agenda esta lejos de la problemática campesina, lejos del drama nacional. Como también decimos, enseñó el cobre.
Hace unos días, el presidente Manuel Zelaya, al ser interrogado por la prensa nacional sobre quién le pagaba los gastos en su periplo por toda la región, éste respondió que un día lo invitaba a comer Colóm, un día antes, Ortega y así sucesivamente, y demandó que se le preguntaran cosas sustantivas, de fondo, que merecieran respuestas de altura, pero parece que Espada no leyó ni escuchó las respuestas de Zelaya. A otra cosa mariposa.
El punto es que este lunes, la dirigencia campesina se entrevistó con la Secretaria de la Paz y con diputados en el congreso, para buscar respuesta a sus demandas, y como única manera de dejar con las preguntas tipo Espada a una comisión gubernamental, que es conocida en medios de Gobierno como la de los tres chiflados, pues después de varios meses de estar haciendo perder tiempo a los campesinos, no llegan a soluciones. A ver si ahora.
Adicionalmente, los campesinos y sus aliados, llevan meses discutiendo una política de desarrollo rural que ya fue aprobada con un largo consenso pero depuse, ni para atrás ni para adelante. Todo porque no se presenta la iniciativa de ley que tenga como base la política de desarrollo rural aprobado por más de 30 organizaciones campesinas, de desarrollo, cooperativas, académicas, y algo más, con el ejecutivo, pero la misma no aterriza. En el Congreso no saben cuando puede llegar este proyecto de ley, ni quien lo pueda impulsar. Es el reino del revés.
Este lunes varios miles de campesinos y campesinas irrumpieron en la ciudad y se hicieron sentir en muchos lugares del país, todo porque no se hacen las cosas como gente seria. Y claro, como todo mundo se puede imaginar sin mucha dificultar, es difícil pedir seriedad a los tres chiflados.
La verdad de las cosas, es que las organizaciones campesinas lo que están demandando es apoyo para lo que denominan arrendamiento solidario, cupones de fertilizantes que vayan mas allá de una muestra que no resuelve la demanda acumulada de fertilizante; solución a conflictos agrarios viejos y atención a la deuda de los pequeños campesinos que existe desde la crisis cafetalera. Y esto debería de haberse resuelto sin necesidad de negociar ahora con la presión de gente en las calles y carreteras, en el ejercicio legítimo de sus derechos constitucionales.
Por ultimo habría que subrayar que para las demandas básicas de las organizaciones campesinas si hay recursos, y que si estos no se ejecutan, pues ya conocemos los resultados: más ingobernabilidad y eventualmente represión, pues nunca faltan los trasnochados que lo exijan. Todo por la sordera que se apodera de algunos funcionarios… que poca madre.
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