LA OLA CAMPESINA
Miguel Ángel Sandoval
De un día a otro vemos que en Guatemala el asunto agrario esta en la mesa y como desde hace muchos años, sin solución. Van y vienen Gobiernos y el asunto sigue igual que siempre, con miseria, inseguridad alimentaria, exclusión, etcétera. Mientras tanto las organizaciones campesinas, se organizan, defienden sus derechos, hacen demandas, gritan, manifiestan, paran carreteras, ocupan edificios y luego de alguna mesa de dialogo, todo sigue igual.
Apenas hace una semana que se hizo de conocimiento público la Política Nacional para el Desarrollo Rural Integral –PNDRI- en donde participaron en su discusión y elaboración con el Gobierno, unas treinta organizaciones campesinas, de desarrollo, de investigación, religiosas, incluso académicas. Sin duda un documento que expresa consensos importantes. Pero no hay que confundir los sueños con las realidades.
Es en efecto una propuesta de política que primero, para ser efectivamente un instrumento para el desarrollo rural, debe ser convertida en ley del país y en ello el Congreso tiene un rol de primer lugar. Si se respeta el consenso existente entre las organizaciones sociales y campesinas que velan por el desarrollo rural, parecería lo mas lógico que los congresistas la aprobaran y convirtieran en ley de la republica. Aunque ya sabemos que el congreso es experto en recibir un tigre y sacar del mismo un camello, o en su defecto, una rana saltarina.
Pero lo más grave del tema es que la política para el desarrollo rural no cuenta para su impulso y desarrollo al momento de ser ley, con un solo centavo. Es decir que nació sin el pan bajo el brazo y ello le condena a la inanición, por lo que dirigentes sociales la califican ya como una burla demagógica. Habría que tener en cuenta que desde hace años el tema campesino sigue el mismo camino. Mesas para propuestas, diálogos ante las demandas, fondos pequeños que se evaporan, cerrazón de funcionarios, y de nuevo el mismo circulo vicioso.
La pregunta que queda en el ambiente podría plantearse así, ¿estamos ante el inicio de un nuevo ciclo de engaños a los campesinos? Digo esto pues contar con una política consensuada para el desarrollo rural pero sin fondos, equivale a lo mismo que pescar un tiburón en la carretera Roosevelt. Aunque los próximos días nos permitirán evaluar el rumbo que siga este espinoso asunto, pues de acuerdo con informaciones que circulan de boca en boca, para la semana que inicia el 20 de julio, una de las organizaciones que ya emplazó al gobierno, estaría movilizando a sus bases a nivel nacional y con toda seguridad otras están ya bastante inquietas. Veremos.
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