viernes, 18 de junio de 2010

EL BOMBAZO DE CASTRESANA.

EL BOMBAZO DE CASTRESANA.

Miguel Ángel Sandoval

A estas alturas no sabemos si todos los integrantes de las comisiones de postulación ya entregaron sus renuncias o solicitaron permisos, o se declararon enfermos. Lo cierto es que inhibidos o no, forman parte de un error del sistema que tenemos en Guatemala que es necesario corregir. No es posible que todos los electores se hayan equivocado dos veces en la elección de un grupo de juristas probos y que no tuvieran tachas. La Cicig les reboto los resultados y ya vemos lo que esta pasando.


Pero además, tenemos muestras de una pertinaz defensa del error y de las prácticas corruptas, como lo demuestran dos o tres casos de electores que se atrincheran en una lectura cómoda de ciertas normas constitucionales y se mantienen como si no fuera con ellos. El más patético de ellos es el presidente de la corte suprema de justicia, que sigue manteniendo, hasta nuevo aviso, la calidad de elector.


Y esto nos pone ante una evidencia: la justicia y la elección de cargos vinculados a la misma, no es posible con comisioncitas que en la práctica demuestran lo frágiles que son. En dos platos, la justicia es un asunto tan serio que debería ser prohibido que estas elecciones participara mas del 50% de abogados. La práctica nos dice que de una comisión de todos abogados, no hay garantía de imparcialidad y buen juicio jurídico.


Pero además, se siente la ausencia de una verdadera carrera judicial en donde por conocimiento, meritos, antigüedad y otros factores, se elija a quienes merecen el respeto y la promoción. Es por ello que uno se pregunta sobre los avances de una comisión de reforma a la justicia que parece no ha dado frutos, o si los ha dado es en temas de menor relevancia.


En otro orden de ideas, no parece que entre abogados se lean las cartas como se dice de manera corriente en la calle, pues cada vez que hay un abogado propuesto para una comisión de estas, le aparecen amigos abogados de cualquier pelambre. Un ejemplo sirve para aclarar esto: no hay denuncias de falta de ética entre abogados… Chucho no come chucho dice la sabiduría popular.


El tema es de marca mayor pues ahora vemos como la bomba del comisionado esta generando reacciones en cadena. Hasta los acérrimos enemigos de la Cicig, con el cuento de que era un atentado contra la soberanía, hoy se suman a las voces que piden, casi imploran, la rectificación de la decisión del comisionado Castresana, como si fueran declaraciones de probidad de cualquier funcionario.


ES buen tiempo para rectificar en las comisiones de postulación, pero sobre todo, es un tiempo adecuado para demandar, exigir, la instalación de la carrera judicial con todo lo que ello comporta. Es lo menos.

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