LA REVOLUCION SIEMPRE ES POSIBLE.

LA REVOLUCION SIEMPRE ES POSIBLE.

Miguel Ángel Sandoval

Las noticias de las últimas dos semanas con origen en países del llamado Magreb que se ubican en el África del norte, de población árabe, nos dicen que las dictaduras o los gobiernos de tinte neoliberal o simplemente capitalistas y represivos, no duran toda la vida y que la movilización social los puede hacer caer y poner en evidencia las carencias de estos países a causa de esos regímenes, represivos y antipopulares.

Primero fue Túnez, pequeño país que derribó a una dictadura que parecía no iba a tener fin nunca, pero la Revolución de los Jazmines, la echo por tierra y ahora los tunecinos se enfrentan a la construcción de un nuevo gobierno, nuevas políticas, en medio de una nueva realidad, en la que el pueblo ya tiene conciencia de su fuerza cuando se organiza y moviliza. Luego vemos revueltas el Egipto, Jordania, Yemen, Argelia, y otros países como Libia o Marruecos, ya ponen sus barbas en remojo, como se usa decir. Es el efecto dominó en los países árabes que parecían social y políticamente inmóviles.

Durante años vimos que países como Egipto, y otros que ahora se movilizan, formaban parte de los mejores aliados de Israel y los EEUU. Esto en detrimento de las justas demandas del pueblo Palestino, pero ahora sabemos que las movilizaciones se impulsan contra la falta de derechos políticos en cada uno de los países y sobre todo, por las políticas neoliberales impulsadas en los últimos años con la complicidad tanto de EEUU como de la Comunidad Europea. Son los hechos que confirman estas afirmaciones.

En el sur del continente latinoamericano, los cambios están llegando por la vía de elecciones que han dejado de lado las políticas neoliberales y en donde eso existía, a las viejas dictaduras o sus herederos. Adicionalmente, hubo en varios países luchas sociales de gran envergadura que están en la base de esos cambios políticos. En otras palabras, sea por la vía electoral, por las movilizaciones sociales, o por la combinación de ambas, la revolución está dentro de nuestras posibilidades.

E n nuestro país las luchas sociales no han sido de gran envergadura y las posibilidades electorales no han estado a la altura de las mejores. Sin embargo es necesario hacer de las herramientas que tenemos en las manos verdaderos instrumentos de lucha popular. Así, para las próximas elecciones es nuestro deber conseguir las mayores cuotas de poder que nos permitan enfrentar los nubarrones que se presentan en el panorama político nacional.

En la actualidad, el mayor peligro está en las oleadas de alzas de precios (que ya iniciaron) y que tienen origen en la voracidad de los empresarios y sus organizaciones como el CACIF, y en la política del avestruz que presenta el gobierno actual. El alza en los artículos de primera necesidad, junto a los salarios verdaderamente mínimos y no pagados, estará acompañada de sacudidas sociales aisladas, y en esas situaciones, las organizaciones revolucionarias tienen la obligación y el deber, de dar sustento teórico y político a las movilizaciones que se anuncian en el horizonte.